Sergio Torretti Costa_Presidente Cámara Chilena de la Construcción
Desde la creación de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), hace ya más de 65 años, nuestro país ha enfrentado un sinnúmero de cambios, frente a los cuales siempre hemos tratado de ser un aporte, sobre todo contribuyendo a la promoción y fomento de nuestra industria, al diseño de políticas públicas y al mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores del sector y sus familias.
Hoy no es la excepción. De hecho, nos encontramos ante un contexto en extremo desafiante. El crecimiento de la clase media, la pérdida de confianza en el empresariado y en las instituciones, la demanda por mayor transparencia, la revolución tecnológica, la incertidumbre regulatoria y una comunidad crecientemente exigente son algunos de los factores a que nos vemos enfrentados.
Estos cambios nos exigen dar nuevos pasos en relación al actuar del gremio y sus asociados. Y es por ello que en los últimos seis meses los consejeros nacionales de la CChC hemos dedicado dos extensas jornadas a conversar del futuro, reflexionando respecto de nuestra misión o razón de ser como institución, así como también de los principales temas que debemos abordar y los cambios que tenemos que implementar para afrontar los desafíos que nos presentan los nuevos tiempos.
Ambas instancias fueron una oportunidad para conversar con total franqueza, lo que nos permitió no sólo escuchar y levantar los temas que consideramos clave de cara al futuro, sino llegar a amplios consensos.
Es así que, en el marco de estas conversaciones, se reafirmaron con fuerza algunos elementos ya considerados en nuestra actual misión, tales como la importancia de aportar al desarrollo del país y de la industria de la construcción y el deber de contribuir al bienestar de los trabajadores y sus familias y de los chilenos en general.
Asimismo, vimos la necesidad de incorporar nuevos aspectos para hacer sostenibles nuestras empresas y nuestro gremio, como la exigencia de un comportamiento de los socios que vaya más allá de la ley, el trabajo inclusivo y participativo con las comunidades y la articulación de instancias entre instituciones públicas y privadas que permitan generar soluciones que creen valor para la sociedad.
Existió acuerdo, además, en que debemos representar principios y valores, independiente de intereses particulares, lo que implica exigir a los socios la adhesión a los estatutos y manuales de buenas prácticas del gremio.
Desde una perspectiva más sectorial, consensuamos trabajar en promover políticas públicas con una mirada de largo plazo, pensando en una planificación urbana, territorial y de infraestructura que considere las exigencias sociales presentes y futuras. Para lo anterior, consideramos claves los esfuerzos público-privados que permitan co-construir soluciones que mejoren la calidad de vida de los chilenos.
Por último, aunque no menos importante, debemos asumir la responsabilidad de modernizar nuestra industria -incorporando tecnología y la digitalización en nuestras empresas– y replantearnos el alcance de nuestro rol social, expandiéndolo a otros ámbitos que hoy resultan claves, como la relación con la población migrante.
Abordar con éxito estos cambios depende de cada uno de los socios que componemos esta gran organización. La CChC cambiará solo si nosotros como socios somos capaces de entender la necesidad de abordar estos desafíos y nos atrevemos a realizar los cambios requeridos. El desafío es grande, pero el beneficio que generará para los chilenos y la industria de la construcción es aún mayor.
Edición N°177, Abril 2018