Alfonso Swett: “He visto un gran compromiso del sector empresarial por enfrentar la crisis

Entrevista

El presidente de la CPC analiza la situación social y económica actual, rescata el rol que han tenido las empresas tras el estallido social y el papel que ha desempeñado la CChC para abordar el contexto con una mayor apertura al diálogo. “Estamos con una mirada muy pro país”, afirma Alfonso Swett sobre el sector que encabezará hasta el 12 de marzo.

Por Jorge Velasco Cruz


A poco tiempo de dejar su cargo –el 12 de marzo– como presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett Opazo prefiere mirar hacia el futuro más que al pasado. “Después del estallido social, le saqué el espejo retrovisor al auto. Es muy difícil hablar de logros en el contexto en el que estamos como país. Todo el esfuerzo que tenemos que hacer debe estar enfocado hacia delante más que hacia atrás”, afirma.

Ingeniero civil de la Pontifica Universidad Católica de Chile, con un MBA en la Universidad de Duke (Estados Unidos) y una amplia carrera empresarial y gremial con cargos como director de Forus, presidente de Chile Valora, director de Icare y vicepresidente de la SOFOFA, entre varios otros, enfatiza en el “antes y el después” de la crisis para Chile en general y el sector empresarial en particular.

Y en ese antes destaca cómo varias empresas y empresarios fueron desarrollando una mirada más social, con programas como el público privado +R (Más Rehabilitación), de reinserción laboral, impulsado por la CChC y que nació a partir de Cimientos, creado también por la entidad gremial y pionero en la rehabilitación de internos privados de libertad en las cárceles del país.

“Tomar decisiones en los temas sociales se fue instalando en forma muy fuerte en las empresas. Otro tema relevante fue el de trabajar en conjunto con los trabajadores y con las pymes, a través del Foro Empleadores Trabajadores y otras instancias de diálogo que organizamos. Lo que logramos con esto fue tener una mirada ampliada que va más allá de las grandes empresas y las seis ramas de la CPC”, comenta Swett.

Como parte de esta nueva mirada empresarial, el dirigente destaca también la realización de la agenda “Hacia una cultura de integridad”, elaborada entre 2018 y 2019 en conjunto con la Fundación Generación Empresarial, que obtuvo conclusiones y buenas prácticas útiles para que las empresas puedan mejorar sus estándares éticos. “No se saca nada con tener miradas para hacerse cargo de los desafíos sociales de Chile, si por otro lado hay abusos”, apunta el presidente de la CPC.

Sin embargo, llegó el estallido del 18 de octubre y hubo que dar prioridad a otros temas también. “Uno veía las causas, pero no supimos entregarles sentido de urgencia. El estallido fue una sorpresa, pero los problemas que hubo detrás de él no”, dice Alfonso Swett.

¿El estallido social tomó desprevenidas a las empresas y a organizaciones como la CPC?

Yo creo que el estallido social nos tomó a todos desprevenidos. Las causas, sin embargo, estaban instaladas hace mucho tiempo. Entonces, uno se dice: bueno, si yo sabía que estaban estas causas y eran importantes, ¿por qué no les di urgencia?

¿Cuáles serían esas causas?

Veíamos el caso de las pensiones, los temas de salud, educación, salario, endeudamiento y transporte. Sin embargo, no hicimos la suma de lo que podrían representar. Por eso, cuando uno quiere ver la película completa se encuentra con un joven que estudió una carrera apoyado por el bajo sueldo de su madre más un crédito CAE (Crédito con Garantía del Estado). Termina endeudado y sin trabajar en lo que estudió, preguntándose si todo ese esfuerzo valió la pena. Sumado a esto, debe hacerse cargo de su abuela u otra persona mayor, cuya pensión no le alcanza para comprar medicamentos. Cuando se unen todos esos factores, se logra entender la situación.

¿Qué hicieron como empresas cuando ocurrió el estallido social?

Se hizo algo notable. Nos sumamos a un tremendo proyecto de la CChC –el Día de la Reflexión por la Seguridad, donde se impulsaban espacios de diálogo y participación con los trabajadores– y lo que hicimos fue tomar esa plataforma y ver cómo la amplificábamos para tratar diversos temas. Había un problema de transporte público gigante y gran parte de las empresas contrataron buses privados y les dieron flexibilidad a los trabajadores para llegar a sus trabajos. Hay que destacar que el gran mérito de la asistencia fue de los trabajadores, lo que demostró su gran nivel de compromiso con las empresas.

Después, ante el problema de los salarios, muchas empresas voluntariamente empezaron a subir los ingresos mínimos. Y en el tema del endeudamiento, varios se hicieron cargo. Si veías que tus colaboradores se endeudaban en el mercado formal a un 25% y en el informal hasta en un 50%, y la empresa lo hacía al 5%, entonces esta podía tomar el endeudamiento y pagarlo. Con esto se buscó darle acceso a las personas a las tasas de endeudamiento que manejaban las compañías.

Al mismo tiempo, el esfuerzo que hicieron varias empresas en el retail por reabrir sus tiendas y oficinas para abastecer al público fue muy grande. Hubo una sola empresa que vio afectados 10.000 puestos de trabajo y en la banca fueron afectados 5.000 personas: todas fueron reubicadas. He visto un gran nivel de compromiso del sector empresarial por enfrentar los problemas de los trabajadores en la crisis y por comprometerse en mantener sus negocios.

También hubo un gran trabajo con los proveedores, con el compromiso de muchas grandes empresas de no solo pagarles en menos de 30 días, sino que muchas de ellas comenzaron a pagar a 10 días o al contado o a generar fondos para las pymes.

Esperanza

A tres meses de iniciada la crisis, Alfonso Swett resalta que es momento de avanzar mucho más. “Todo lo que se hizo respecto a la crisis fue con foco en los trabajadores, proveedores, pymes y consumidores. Pero ahora hay que dar pasos mucho más complejos relacionados con las demandas sociales”, comenta.

¿Cómo puede ayudar el sector empresarial a avanzar en el escenario actual?

Así como hubo creatividad para hacer ciertas cosas, esta será una tarea que a futuro le va a tocar al nuevo presidente de la CPC. Nosotros hemos colaborado en temas de política pública como el empleo –la CPC hizo una propuesta al Ministerio del Trabajo–, que hoy día se está tramitando en el Congreso. Lo mismo hay que hacer en todas las discusiones de políticas que se vienen para adelante.

A partir del Día de la Reflexión por la Seguridad, la CChC llamó a sus socios a “sentarse a conversar”. ¿Cuáles son los temas que usted cree que hay que conversar actualmente?

Hay un gran tema, que es el Chile que queremos construir. Hay algunos, una minoría, que están mirando cómo destruir parte de nuestra infraestructura. Pero para mí hay algo que da mucha esperanza y es lo más importante de la última encuesta CEP. Todo bajó, pero hubo una variable que subió y en forma muy importe: la necesidad de buscar acuerdos entre los políticos. Subió de un 58% a un 78%. Esa alza a mí me da mucha esperanza.

Me da mucha esperanza también lo que hemos construido acá en la CPC con las pymes y los trabajadores. Creo que hoy estamos con una mirada muy pro país. Esas semillas que están ahí me dan esperanzas de que, bien regadas y bien trabajadas, pueden ayudarnos a encontrar las soluciones que requiere este nuevo Chile, que tenemos el deber de construir entre todos y para todos.

Hay una luz de esperanza al final del túnel…

Yo veo luz y es nuestro deber buscar la luz. La CEP me dejó muy esperanzado.

El aporte de la CChC

En los últimos dos años, la CChC ha estado liderada por dos presidentes –Sergio Torretti y Patricio Donoso– y ha encabezado una gran cantidad de iniciativas sociales y gremiales, varias de las cuales han trascendido a diversos ámbitos del quehacer nacional.

¿Cuál diría que ha sido el aporte de la CChC como gremio en los últimos años al ámbito empresarial?

Primero, la CChC nos aporta a todo el sector empresarial una disciplina y profundidad de estudios, que nosotros en la CPC valoramos mucho. No solo tiene una capacidad de generar datos, sino también de producir análisis y eso es una gran ayuda.

Yo también le doy mucho valor a la valentía que tuvo la CChC de hacerse cargo del proyecto +R y destaco el trabajo que hizo ahí Sergio Torretti, su past presidente. Se fueron subiendo las cifras para tratar de llegar a mil personas reinsertadas el primer año y a dos mil en 2020. Es un éxito en hacerse cargo de temas sociales muy complejos en la sociedad. Creo que es un caso de estudio.

¿Qué rol puede tener o ha tenido la CChC ante la crisis?

Para nosotros fue clave el Día Nacional de la Reflexión por la Seguridad. Fue un tremendo aporte que creemos que no solo nos hizo la CChC a nosotros, sino a todo el sector empresarial chileno. Puso a disposición de todas las empresas su metodología de trabajo y conocimientos en este tema. Tuvimos un millón de trabajadores dialogando. Es una cifra importante, pensando que hay 4.721.000 asalariados privados, de los cuales los trabajadores de grandes empresas son dos millones y medio.

Además, quisiera agradecer a la CChC, encabezada por sus presidentes Sergio Torretti y Patricio Donoso, por el aporte que ha hecho y el apoyo que me ha brindado durante estos dos años.

(Recuadro)

Impacto Económico

Baja en la productividad, miles de despidos, proyecciones negativas y otras cifras económicas en rojo van apareciendo de manera permanente, producto de la crisis que se inició en octubre. Pero, ¿se ha podido aquilatar realmente las consecuencias de la realidad chilena?

“El impacto económico es total. En los números macro, de un país que estaba pensando en crecer en 2019 al 3%, hoy se está proyectando un 1% o tal vez un poco menos. Hemos visto también caídas importantes en inversión. Se está hablando para 2020 en torno al 8% e incluso hablan del 10%. En términos de empleo, que es lo que más tenemos que proteger, el Banco Central habla de dos dígitos y yo creo que no podemos tener como país un desempleo de dos dígitos. Tenemos que hacer el mayor esfuerzo para que eso no se dé”, explica Alfonso Swett.


DESTACADO

  • “El estallido social nos tomó a todos desprevenidos. Las causas, sin embargo, estaban instaladas hace mucho tiempo”.
  • “Hay semillas que, bien regadas y bien trabajadas, pueden ayudarnos a encontrar las soluciones que requiere este nuevo Chile, que tenemos el deber de construir entre todos y para todos”.
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