UNA INVERSIÓN DE US$ 990 MILLONES, 408.850 M2 CONSTRUIDOS, 67 PUENTES DE EMBARQUE Y CAPACIDAD PARA 38 MILLONES DE PASAJEROS AL AÑO, SON LAS PRINCIPALES CIFRAS DE LA MEGA OBRA DE AMPLIACIÓN DEL PRINCIPAL AEROPUERTO DE CHILE. DE ESTA MANERA, SE TRANSFORMA EN EL TERCERO MÁS GRANDE DE SUDAMÉRICA.
Por Andrés Ortiz_Fotos Luis Vargas y Nuevo Pudahuel
Los casi US$ 1.000 millones que costó el nuevo terminal (T2) del Aeropuerto Arturo Merino Benítez, es la cifra más alta en la historia del sistema de concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) para edificar infraestructura pública en Chile. El hito es también concordante con las dimensiones de la colosal obra, que requirió cinco años para construirse y que mejorará de manera importante el servicio aeroportuario para los pasajeros de vuelos internacionales.
La millonaria inversión era prioritaria para actualizar las instalaciones, capacidad y tecnología del terminal, que contaba con infraestructura insuficiente para acoger adecuadamente la alta demanda que tuvo hasta 2019, año en que alcanzó cerca de 25 millones de pasajeros, según datos de la concesionaria Nuevo Pudahuel.
Las obras principales suman más de 400.000 m2 construidos, mientras que las anexas consideraron la ampliación de la plataforma para maniobras y estacionamiento de aeronaves, tres áreas de estacionamientos en superficie, edificios anexos para la PDI, Carabineros y el SAG, más otro edificio de carga.
Así, la nueva infraestructura triplica en superficie la que había antes y la capacidad de transporte de pasajeros pasa de 13 a 38 millones de personas al año. Con ello, el principal complejo aeroportuario de Chile se convierte en el tercero más grande de Sudamérica, después de Guarulhos de Sao Paulo y El Dorado de Bogotá.
“Mientras Santiago se ha posicionado como un hub de negocios, con muy buena infraestructura hotelera y turística, veíamos que nuestro principal terminal aéreo se había quedado como un aeropuerto de la década del noventa. Por eso era urgente su modernización, ampliación y nuevas tecnologías que hoy tiene. Ahora, el T2 de Pudahuel está a la altura de lo que necesitamos”, comenta Cristóbal Lea-Plaza, secretario general de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila).
“El conjunto de obras hará de este aeropuerto un centro de actividades muy relevante para toda la ciudad. Dota a Santiago de uno de los principales terminales aeroportuarios de Latinoamérica, lo que permitirá contribuir en la consolidación de Santiago y a Chile como un destino cada vez más interesante para trabajar, estudiar o invertir”, agrega Xavier Lortat-Jacob, gerente general de Nuevo Pudahuel.
67 PUERTAS DE EMBARQUE El nuevo T2 del Aeropuerto Arturo Merino Benítez es la piedra angular del máster plan de expansión que proyectó la concesionaria cuando se hizo cargo del terminal aéreo en el año 2015. La primera obra fue en 2016, con la construcción de los nuevos espigones C y E, para continuar a partir de septiembre de 2017 con la edificación del nuevo terminal internacional que incluye otros dos espigones, D y F. Estos se diseñaron para identificarlos con cuatro zonas geográficas de Chile. “Los cuatro espigones son las amplias salas de embarque donde están los puentes que conectan el área de abordaje con los aviones”, explica Xavier Lortat-Jacob. Para acceder a cada uno de ellos, los pasajeros primero deben ingresar al procesador central, el corazón del nuevo terminal internacional. Diseñado con un cielo ondulado que emula la Cordillera de Los Andes, este edificio de cuatro niveles es donde los pasajeros hacen su registro de llegada y gestionan su equipaje. Al contar con cuatro espigones, se aumentaron los puentes de embarque de 18 a 67 unidades. “Con esa capacidad, se reduce la necesidad de abordar o desembarcar de los aviones a través de buses de plataforma. Las aerolíneas cuentan también con más espacio para sus operaciones y los pasajeros pueden realizar la espera en zonas equipadas con más servicios y comercios, que permiten elevar sustancialmente el estándar”, dice el ejecutivo de Nuevo Pudahuel. Entre las obras principales destaca un nuevo terminal para 26 buses interurbanos, que permitirá a pasajeros de otras regiones acceder al aeropuerto de manera directa, sin hacer escala en estaciones del Metro o en otros rodoviarios. A este se suman dos edificios de estacionamientos con tres pisos cada uno. Ambos tienen en su cubierta un boulevard con un anfiteatro para 250 personas y sala de exposiciones, además de 28 locales con servicios comerciales y gastronómicos. Respecto de su construcción, a cargo del consocio CJV, conformado por VINCI Construction Grands Projets y Astaldi, este proyecto destaca por su tecnología antisísmica, que le permitirá soportar un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter sin colapsar. La estructura del T2 se compone de 38 módulos separados por juntas de dilatación de 15 centímetros, lo que permitirá que durante un sismo cada módulo se mueva de forma independiente y no choquen entre sí. Por otro lado, el complejo aeroportuario dispone de una nueva planta de generación fotovoltaica, la cual ayudará a disminuir la huella de carbono en más de 500 toneladas de CO2 al año. Su impacto ambiental equivale a plantar más de 1.000 árboles o sacar de circulación más de 130 vehículos.
LA NUEVA INFRAESTRUCTURA triplica en superficie la anterior. Con ello, el principal complejo aeroportuario de Chile se convierte en el tercero más grande de Sudamérica, después de Guarulhos de Sao Paulo y El Dorado de Bogotá.
MAYOR EFICIENCIA
Uno de los principales beneficios del nuevo edificio y de su soporte tecnológico, es la reducción de los tiempos de espera para los pasajeros. Para ello, se habilitaron el check-in y la gestión de maletas autónomos, a través de 70 nuevos módulos de autoatención de última tecnología, por medio de los cuales los viajeros de vuelos internacionales pueden pesar y etiquetar su equipaje por sí mismos, sin pasar por los counters, para luego dejar sus maletas en cintas automáticas que las llevan directamente al avión.
En tanto, para el desembarque internacional, las maletas son revisadas por la Aduana y el SAG con un sistema automático y centralizado, fuera de la ruta de tránsito de las personas. Esto disminuye el tiempo de espera desde 45 a menos de cinco minutos. Además, se habilitaron un total de 122 casetas de la PDI para el control migratorio de salida y llegada de pasajeros. Por su parte, la ampliación de los estacionamientos a más de 6.000 cupos y su distribución de acuerdo a la estadía breve o larga de los vehículos, permite traslados más eficientes y cortas dentro del complejo aeroportuario. Para quienes deban estacionar por poco tiempo, como ir a dejar o buscar pasajeros, están los estacionamientos expresos de los dos edificios de tres pisos, ubicados entre los terminales T2 y T1. Más alejados, para esperas más prolongadas, como el caso de personas que requieren dejar sus autos por varios días o servicios asociados al aeropuerto, se encuentra el estacionamiento Pehuén, en superficie. Este conecta con ambos terminales mediante un sistema de cinco buses gratuitos de Nuevo Pudahuel que, con una capacidad de 93 pasajeros cada uno, recorren el aeropuerto con una frecuencia de entre 10 y 15 minutos durante todos los días del año. “Es una gran obra de infraestructura para Chile, principalmente para los pasajeros que se ven beneficiados con ella. Además, marca el inicio de un cambio de operación muy importante para las líneas aéreas, con el objetivo de entregar a los pasajeros un mejor servicio y una mejor experiencia de viaje, acordes con esta gran infraestructura”, comenta Cristóbal Lea-Plaza.PROYECCIONES Para que el Aeropuerto Internacional AMB vuelva a tener el alto flujo de pasajeros que llevaba hasta inicios de 2020, las líneas aéreas esperan condiciones más favorables para facilitar que las personas viajen dentro y fuera de Chile. Según datos de Achila, los flujos de vuelos locales se recuperaron en un 85%, comparado con diciembre de 2019, pero los vuelos internacionales solo se han recuperado en torno al 40% y llegarían a las tasas pre pandemia el año 2025. “El nuevo T2 es una gran infraestructura, pero por ahora nos queda grande. Esperamos que el nuevo gobierno pueda eliminar el proceso de homologación de vacunas y rebajar las tasas de embarque, la que está pendiente desde 2018, para poder reactivar el mercado aéreo local e internacional”, dice Cristóbal Lea-Plaza. Mientras tanto, la concesionaria ya proyecta lo que serán las próximas obras para grandesobras remodelar y ampliar el antiguo terminal, denominado T1, que ahora opera solo para vuelos dentro de Chile. Principalmente, el proyecto agranda las áreas de circulación y aumenta su capacidad mediante el nuevo espigón A y ocho puertas de embarque adicionales. Asimismo, se actualizará, alineándose con las tecnologías del T2 como el check-in y la gestión de maletas a través de módulos de autoatención para agilizar los flujos. “La remodelación de diversos espacios del terminal está en fase de diseño y de aprobaciones para comenzar su ejecución durante este año”, dice el gerente general de Nuevo Pudahuel.
FICHA TÉCNICA NOMBRE DEL PROYECTO/OBRA: Terminal Internacional (T2) del Aeropuerto Arturo Merino Benítez. UBICACIÓN: Jean Mermoz 2150, Pudahuel. MANDANTE: Ministerio de Obras Públicas. CONCESIONARIO: Sociedad Concesionaria Nuevo Pudahuel. INVERSIÓN: US$ 990 millones. SUPERFICIE CONSTRUIDA: 408.850 m². CONSTRUCCIÓN: CJV, conformada por VINCI Construction Grands Projets y Astaldi. DISEÑO ARQUITECTÓNICO: Amunátegui Barreau / Stantec, Diseño referencial; ADPi en asociación con Luis Vidal + Arquitectos, diseño de detalle. INICIO DE OBRAS: 12 septiembre 2017. RECEPCIÓN FINAL DE OBRAS E INAUGURACIÓN: 26 de febrero de 2022. INICIO DE OPERACIONES: 28 de febrero de 2022.